Dichoso siempre aquel
Que la verdad proclama
Sin miedo que aquel cruel
Que usando su poder
Al intelecto apaga
Y que al pobre indefenso
El derecho le ultraja
Dichoso siempre aquel
Que de su boca vierte
El grito de otra gente
Blandiendo muy viril
La lengua entre los dientes
Que a fuerza de sapiencia
Va cortando sin ser hierro
La cabeza de serpiente
Del enemigo hiriente
Será la gloria de él
Y tendrá la eterna paz
Trascenderá del cuerpo
Hacia la eternidad
Sacando del cuello de otros
La soga del verdugo
Poniéndosela al suyo
Multicolor ave
Tan cristalina y suave
Fruto que al vil gusano atrae
El que viene a socavarla
El que será atrapado
Por el guardián alado
Que lanzará sus plumas
Saetas de bordes afilados
Cortando y atravesando
A la lombriz gigante
Dichoso es el león
De imperturbable sueño
Que ha despertado al clamor
De la voz del pueblo incauto
La que en llegada ocasión
Tornose pesadilla
El rugir de la virtud honrada
El derecho sagrado clama
De la pródiga patria,
Nación fecunda amada
Cuyo ideal ya ha formado
Un batallón armado |