Aún más duele tu ausencia
en mis noches vacías,
si en mi oscuridad fría
sólo tu fragancia es mía.
¡Ven, bellísima rosa
e ilumíname el día!
no tenerte ahora
¡entristece mi vida!
A mi lado tenerte desearía
y si acariciar pudiese
tus pétalos, mi rosa,
el más feliz del mundo
¡yo sería!
¡Oh, tu belleza!
que tanto me embeleza
e inspira en mi
lo más sensible,
haciéndome sentir
como si fuese,
mi etérea existencia
algo sublime.
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