De tanto caminar por este mundo
cauteloso, compasivo, y sensitivo,
los contrastes de la vida que he vivido
despertaron en mis sentidos,
la inspiración brotada de la vida,
con sus venturas, dichas y desdichas,
sus tantos dramas, comedias y tragedias,
llena de afanes, trajines y querellas.
Soy apenas peregrino, ¡soy testigo!
y buscando voy tranquilo
con alma limpia mi destino…
si siento la vida en plenitud,
es porque bebo hasta saciarme,
de la inagotable fuente del amor.
Sincero y con humildad asciendo
al sentimiento humano hecho poesía,
admirando almas poetas que dan vida
en florilegios que hoy tanto nos inspiran:
¡Que genial Rubén Darío!
con su ritmo, opulencia y colorido,
¡que talento el de Quevedo!
tan genial en su ironía,
lo de Bécquer tan sentido y musical,
y de Neruda la natural creatividad,
de Marti lo rebelde y lo sincero,
y de Machado lo sobrio y reflexivo,
de Nervo lo místico y sufrido,
y de García Vespa la pureza y fe
en sus ríos peregrinos…
quiero de Jesús toda la fe
que mi alma alcanza
y de mi padre, la esencia,
heredada de su enseñanza…
Al seguir tus pasos
Labraste tú mi huella, ¡padre mío!
¡Oh, Cristo! bendice mi camino
en esta cima donde solitario estoy,
y que la premonición de todo error
en mi trabajo de galeno
sea eco, que yo escuche en mi interior
siguiendo tus preceptos, mi Señor,
en la ciencia y el arte de curar.
El secreto de mi esencia, estoy seguro,
está impregnado de principios con amor,
que mi padre, con su ejemplo me inculcó
y por medio de sus actos me enseñó:
"Ama a Dios por sobre todas las cosas.
Protege a tu madre como lo hice yo.
Ama a tu hijo como te amé yo.
Cuida a tu mujer como a la mía cuidé yo.
Respeta a tus pacientes y tenles compasión.
Dales esperanzas, aliviándoles el dolor.
Pon tu cabeza clara en tu oficio de doctor.
Y mantente ajeno a todo maleficio.
Ayuda y sé piadoso en tu actitud,
ante el paciente y su vicisitud".
Correcto y sincero sonreirás, hijo,
y caminarás por la vida muy tranquilo,
con la sensibilidad que Dios te dio
y la educación que pude darte
ve por el mundo y haz lo que te pido…
Ve en busca de tu felicidad y tu destino
y en paz conquista con amor
el mundo de afuera que te espera.
¡Serás fuerte navío!
Tu estructura es de las buenas
y navegarás muy seguro
resistiendo las tormentas,
llegarás al puerto a salvo.
Dios mío…
Permítele vida larga a mi hijo tan querido.
¡Permítele vivir, sentir, amar y ser amado!
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