¡Así fue tu caminar por la vida, padre mío!...
dulce, humilde y cauteloso, soy testigo,
por el ejemplo de vida que has dejado
y por lo que está escrito en tu diario,
desde tus inicios iluminaste mi camino,
que trazaste afable y sensitivo.
¡Cómo olvidarte padre, si te sigo!...
paso a paso en tu ejemplo tan caritativo,
y cómo me quisiste tanto, padre mío!...
ahora comprendo, pues de igual modo
amo tanto al hijo mío.
¡Cómo fue tu amor, padre querido!...
ahora lo entiendo… protectivo,
y es el mismo lenguaje motivante y positivo
que inculco ahora al hijo mío.
Al infinito sigo tus huellas
pues me enseñaste a volar libre y compasivo.
¡Agradezco tu ejemplar vida, padre mío!
|